Pozo Santo
En el siglo XIV existía en el lugar donde hoy se levanta el Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores un pozo, llamándose por ello la plaza del Pozo a dicho lugar, y cuenta la leyenda allá por 1476, cayó a él un niño de corta edad y que sus padres desesperados invocaron a la Virgen en un retablo cercano que allí existía y que milagrosamente las aguas del pozo subieron arrojando fuera de él al niño. Desde entonces el lugar pasa a llamarse plaza o plazuela del Pozo Santo, colocándose en ella una Cruz de forja retirada en el siglo XIX, encontrándose hoy dicha Cruz en el patio del cercano Hospital de la Misericordia.
El Hospital del Pozo Santo fue fundado en 1666 por las religiosas de la Congregación de Terciarias Franciscanas, Marta de Jesús Carrillo y Beatriz Jerónima de la Concepción, para atender a "mugeres impedidas", como reza en el azulejo colocado encima de la puerta de entrada al Hospital, eligiendo como primer lugar una casa de la cercana calle de la Venera (hoy José Gestoso) cedida por Dña. Ana Trujillo y tres años mas tarde adquieren unas nuevas casas que el Convento de San Clemente poseía en la Plaza del Pozo Santo, levantando en siglos posteriores el impresionante edificio con su magnifica Iglesia tal como hoy lo conocemos.
El Hospital se articula en torno a un patio central fechable en 1680 con arcos de medio punto y colunnas en el piso inferior y balcones en el superior. En el zaguán de entrada al patio encontraremos un curioso portillo de hierro en forma de castillo que estaba situado en el exterior del edificio y servía antaño para dejar los partes de los vigilantes nocturnos de la ciudad.
Desde el extremo izquierdo del Patio se accede a la Iglesia a través de una sala con una interesante colección de enseres guardados en vitrinas, destacando entre ellos el mandil que la Reina Isabel de Farnesio usaba en sus asiduas visitas al Hospital. Ya en el interior de la Iglesia, de una sola nave con bóveda de cañón contemplaremos el magnifico retablo mayor que tiene la particularidad de estar sin dorar, fechable en 1780. En la hornacina central, única parte dorada del retablo se sitúa el Cristo de los Dolores del círculo de Pedro Roldán, y en un retablo lateral, la bellísima imagen de la Virgen del Tránsito, advocación introducida en el Hospital por la Madre Josefa de la Presentación a mediados del siglo XVIII, imagen de vestir anónima del último tercio del XVII, que como corresponde a su iconografía de la Dormición presenta actitud yacente. La imagen recibe culto dentro de una urna de estilo rococó en madera tallada y dorada. Interesantes altares y pinturas murales completan el interior del templo.
Una formidable escalera construida en el siglo XVII nos llevará a la segunda planta del edificio para visitar las salas de exposiciones, con una magnifica colección de arte, destacando los retratos de las Madres fundadoras, la interesante pintura de La Peste en Sevilla de 1649, un Niño Jesús con lágrimas atribuible a Ruíz Gijón, la magnífica colección de diez Arcángeles atribuidas a Bernabé de Ayala, discipulo de Zurbarán, una Inmaculada de un seguidor de Alonso Cano, una Asunción de la Virgen de Lucas Valdés, y el mágnifico ajuar de la Virgen del Tránsito destacando la fastuosa cama de estilo rococó que cada 15 de agosto acoge a la Stma. Virgen para la celebración de sus cultos, custodiada por cuatro Niños Jesús vestidos de Arcángeles.
Desde el Coro alto gozaremos de una magnífica perspectiva de la Iglesia y su retablo mayor, destacando en él una Dolorosa arrodillada atribuible a Cristobal Ramos y ya en la última sala un lienzo de la Adoración de los Pastores del XVII, copia idéntica del que se haya en la National Gallery de Londres.