Y su luz se apagó.

Joaquín Saénz 1931-2017. Mi modesto homenaje a este gran pintor sevillano de buenas maneras y mejor hacer. La obra de Saénz no puede pasar desapercibida para los amantes de la pintura y para ningún sevillano. Saénz es el pintor por excelencia de paisajes y espacios íntimos, esos espacios que como bien dice mi amiga María Río Lameyer, también pintora y buena paisajista, reflejan el silencio, la tranquilidad y quietud de Saénz. La obra de Joaquín, de marcado carácter impresionista y algunos rasgos cubistas sacan a la pintura sevillana de ese ostracismo decimonónico que se hayaba postrada. Gran maestro de gradaciones tonales y gran figuración, podemos decir que con él y con sus grandes amigos Teresa Duclós, Carmen Laffón o José Luis Mauri entre otros, se inaugura un nuevo panorama en la pintura sevillana, aventurandome a decir la creación de una nueva escuela sevillana de pintura. Saénz es el pintor de la luz y de la atmósfera, algo que ya inventó otro sevillano, Murillo, en los cuadros de Saénz se respira hasta el aire, más luz que cuerpo, más pintura que dibujo, así es el buen hacer de Saénz. Retoma la técnica antigua de embadurnar el lienzo con algún color, ocre, anaranjado, rojo, verde esmeralda, para ir sacando fantásticas tonalidades. Buen paisajista y naturalista, como lo demuetra en su obra de las playas de Conil, buen captador de espacios íntimos como su magnifica serie de la Imprenta de la calle San Eloy y buen retratista como su retrato a su bellísima mujer Carmela, o su libre interprteción de las Meninas de Velázquez. Saénz no fue pintor comercial, su mujer no quería desprendese de sus cuadros, era amigo de sus amigos, buen conversador, buen cliente de la bodeguita Morales, era un buen sevillano que supo captar perfectamente la esencia de la ciudad como en el cuadro de la Casa de la Moneda en 1996 o el Cine Ideal en 1998. Dos años después su luz se fue apagando, en el 2002 una enfermedad ocular le irá produciendo una molesta ceguera, decía que no se acordaba de sus cuadros porque ya no los veía. Y esa luz se apagó definitivamente hace menos de un año, en julio, el mes en que disfrutaba de sus pinceles y lienzos en las playas de su Conil querido. Su luz se apagó cuando se estaba preparando una exposición de su obra en la Casa de la Provincia. Gracias Joaquín por traernos tu luz a través de estas obras .. 

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