Aquella procesion del 5 de agosto de 1662
El patricio Juan ante el Papa Liberio, Bartolomé Esteban Murillo, 1662 Museo del Prado. Detalle. Que bien supo interpretar Murillo esa mágica procesión del día 5 de agosto al monte Esqulino y es que no se le pasa por alto ningún detalle a nuestro más universal pintor, palio, estandartes, insignias, clero, fieles...y en el cielo la Virgen de las Nieves, patrona de la puerta de la carne, a la que gracias a Justino de Neve y Sebastián Velázquez Soriano se le dedica esa fantasía barroca en la Judería sevillana. Cada 5 de agosto en la puerta de Santa Maria la Blanca se renueva el milagro con una nevada que cae sobre el Simpecado de la Virgen de las Nieves, estas cosas tan intimas, tan nuestras que tan bien conocía Murillo, esos Rosarios públicos por el barrio de Santa Cruz, y es eso lo que a él le gustaba plasmar, lo popular mezclado con lo divino, buena manera de evangelizar. Murillo plasmó en este cuadro una procesión popular por las calles de su barrio que llega a su destino, nada men...